Yo solía mirar por el balcón todas las noches la Luna y buscaba la Estrella Polar. De repente, divisé al lado de la Luna una luz brillante, creí que era un meteorito ¿crearía el apocalipsis mundial?; entonces llamé a mis padres, pero estaban ocupados; corrí hacia el balcón pero no veía nada, supuse que había sido una estrella fugaz. Después oí unos ruidos extraños en el tejado, cogí una escalera y subí. Allí encontré tres duendecillos verdes mirando tristes un montón de escombros. ¡Me quedé sin habla!. Al rato me atreví a preguntarles quiénes eran;
ellos me miraron asustados y señalaron las estrellas. Una nave diminuta había colisionado con mi antena parabólica. ¡Dios mío!, ¡mis padres me matarán cuando vean esto!. Entonces me desperté y dije: Uff, ¡qué alivio! ¡solo era un sueño!.
Héctor Torres Rodríguez.
Podemos ver el cuento en su versión original en la siguiente dirección:
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