El cobertizo siniestro
Hola, soy Mike, el típico niño con una vida bastante aburrida.
Vivo con mis tíos en Londres porque mi padre está en la guerra y mi madre murió cuando yo nací, aunque vivir con tía Margaret y tío Andrew no está nada mal. Sé que se preocupan por mí y son toda la familia que tengo. A veces, son un poco raros y estoy convencido que mi tío Andrew esconde algo en el cobertizo.
Un día le propuse a mis amigos Peter y Luci que fuésemos al cobertizo después de cenar.
Nos encontramos allí a la hora convenida. Abrimos la puerta lentamente mientras encendíamos las linternas; cuando entramos permanecimos en silencio, lo único que oía eran los latidos del corazón. Íbamos a salir corriendo por el miedo que nos daba aquel lugar, pero Peter se tropezó con algo y de repente se abrió una grieta en el suelo, y apareció una gruta iluminada por antorchas; nos asustamos mucho pero aún así decidimos bajar por una especie de fantasmagórico túnel hasta llegar a una gran estancia que se parecía mucho a un cementerio. ¡Era una catacumba!, su estructura era muy peculiar y por los dibujos de las paredes dedujimos que seguramente era romana, como la antigua muralla que aún existía cerca.
Al fondo había un hombre meditando, agudicé la vista y vi que era mi tío. Cuando me vio se quedó muy sorprendido y me preguntó con enfado que hacía allí. Le respondimos que últimamente estaba bastante raro y que desaparecía cada vez que iba al cobertizo; le preguntamos que porque no decía el secreto y nos dijo que se llenaría de turistas y que se rompería el misterio y la calma que existía en el lugar. Nos contó que aquella estancia era muy sagrada como mostraban los dibujos de las paredes. Nos pidió que mantuviésemos el secreto y así fue.
Héctor
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